Facundo Pisanu, Sebastián Bautista y Facundo Parafita son de Buenos Aires y amigos de toda la vida, ya que fueron desde muy chicos juntos a la escuela. La pasión por el fútbol y las promesas por la Selección Argentina afianzaron esa relación. El pasado sábado 4 de febrero arribaron a Pujato caminando desde Rosario (45 km) para cumplir con lo que habían pautado si la Albiceleste finalmente se coronaba en la Copa del Mundo Qatar 2022.
PujatoDigital.com se puso en contacto con Facundo Pisanu para escuchar la historia de la hazaña cumplida.
«Somos tres amigos que nos conocemos desde preescolar, desde hace más de 25 años. Un poco esto de las promesas empezó en el mundial 2014 cuando me junté con el otro Facundo (Parafita) a ver unos partidos de la fase de grupos de la Selección y Marcos Rojo tiró una bicicleta. En ese sentido se empezó a destacar un jugador que no había generado tanta expectativa. Entonces lo empezamos a adoptar y cuando se complicó un poco la clasificación prometimos que en el caso de llegar a la final del mundo, que finalmente ocurrió, le iba a regalar los botines de Marcos Rojos a él y él la camiseta a mí. Esa camiseta tiene un significado porque hice un viaje largo de mochilero por Latinoamérica y llevaba esa camiseta como amuleto», comenzó diciendo Facu.
Así empezaron con las promesas que para el mundial de Rusia 2018 iban a incrementarse. «En el 2018 nos volvimos a reunir y cuando se empieza a complicar la fase de grupos lo que decidimos prometer es que si pasábamos a octavos, íbamos a ir hasta la virgen de San Nicolás que es por así decirlo, la favorita de Lio Messi», agregó el entrevistado.
Agregó que «nosotros somos de Parque Chacabuco, Caballito, entonces era una distancia considerable». Señaló que «finalmente ocurrió algo medio mágico cuando Marcos Rojo hizo el gol de la clasificación contra Nigeria y fue la verdad muy emocionante«.
La promesa que tenía como objetivo el pueblo de Lionel Scaloni
En cuanto a Qatar 2022 dijo: «Teníamos claro que queríamos hacer alguna promesa y en este caso fueron graduales. Primero era si pasábamos a octavos ir al Delta, si pasábamos a cuartos ir al Delta y pernoctar y si llegábamos a la semifinal ir a San Nicolás y pernoctar. Ya si llegábamos a la final queríamos ir por todo, pensamos en ir a Pujato pero nos parecía poco en auto así que decidimos hacerlo caminando desde Rosario«.
Tras ser campeones del mundo, fue que el sábado 4 de febrero cumplieron con la hazaña. «Fue una experiencia muy loca, viajamos desde Buenos Aires unas tres horas y medias y en la YPF del límite (Rosario – Pérez) tomamos la ruta (RN33) con un calor bárbaro porque había un sol terrible«, indicó Facundo.
Sumó que «fue muy lindo porque íbamos con las camisetas de la Selección Argentina y una réplica de la copa y la gente nos iba tocando bocina como dándose cuenta de lo que estábamos haciendo. La verdad que estuco muy emocionante».
Pasaron por Pérez, por Zavalla donde tuvieron «una parada técnica» y luego el último tramo hasta el pueblo del DT de la Selección Argentina. «Salimos cerca de la una de la tarde, llegamos como a las 8 y la verdad fue emocionante porque yo no sabía que había un cartel de Scaloni y cuando llegamos ahí nos abrazamos y nos emocionamos por eso y por lo vivido«, señaló.
La aventura llegó a su punto cumbre cuando arribaron a la localidad, «armaron un fernecito» para festejar y visitaron tanto el frente de la vivienda del DT como la plaza central. Luego, volvieron a Rosario a descansar contentos de haber cumplido la promesa.