Hace unos días, Pujato hizo historia, aunque parece mentira, y no estemos hablando de que montaron un obelisco en el medio de Plaza San Martín, siento como importante el hecho, por ejemplo, de que una de las arterias principales tome único sentido.
Sinceramente, desde el interior de mi corazón siento que las cosas que luego van a perdurar en el tiempo, son parte de las que hacen y crean el recuerdo, la historia.
Sí, seguro más de una persona tome esto mal o incuso se canse de tener que usar una única mano de Simón de Iriondo, que tanto tiempo miró para ambos lados.
Pero, de a poco, veo a mi pueblo crecer. La idea es hacer una mirada diferente, y casi (porque es imposible en su totalidad), objetiva. ¿Qué me dice? Que pronto nos acostumbremos, y para dentro de unos años va a ser casi tan normal como lo era antes.
Es por eso que a veces, tenemos que entender aunque nos cueste, que hay pequeñas cosas que pueden ir sugiriendo cambios, avances. Como una decisión de tránsito puede llevarnos a un análisis, como el mirar para un lado y tener que estacionar el vehículo tal o cual dirección, nos sumergen en un pensamiento que repito, en ciertas cosas y por suerte, veo a mi pueblo crecer.