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Cien años para la «Biblioteca Popular Rivadavia»

Dialogamos con la presidente Adriana Iturre, quién se manifestó muy contenta por estos festejos un tanto modificados

En un año diferente y casi para el olvido, todavía y por suerte, hay cosas que nos llenan el alma de alegría y nos hacen entender que no todo es tan gris. Es lo que pasa, por ejemplo, con la Biblioteca Popular Rivadavia, la nuestra, la de Pujato, que este 14 de noviembre cumple cien años, con lo que eso significa sobre todo en estos tiempos.

“La pandemia ha hecho que no podamos hacer ni dictar ningún taller presencial, por lo tanto desde la Comisión hemos organizado una serie de actividades, todas de manera virtual y a completar por internet”, comienza diciendo Adriana Iturre, actual presidenta de dicha comisión de la Biblioteca en diálogo con PujatoDigital.

Luego, pasó a enumerar las diferentes propuestas que han desarrollado y que tienen proyectadas. “En agosto estuvimos con “Leer y disfrutar”, actividades que se realizaron con los jardines; a septiembre lo llamamos “Leer y compartir”, donde hubo tres opciones: “Mi libro favorito”, “La sugerencia de un libro para otros lectores”, o “Mi frase favorita”, todo por internet en la página de la Biblioteca. Hasta el momento hemos tenido mucho éxito”, asegura.

Además, explicó que para octubre estará vigente la actividad “Leer y aprender”, donde se realizarán charlas con profesionales de Pujato para que conversen sobre su experiencia profesional y sirva de orientación vocacional para los estudiantes de quinto año, “ya que este año casi no han asistido a la escuela”, menciona. A esto, se le suma “un curso de meteorología que dictará la profesora Claudia Romagnoli y Viviana Sebben”.

Para el 14 de noviembre, la idea pre-pandemia era tener un festejo central dado el centenario, pero la presidenta confiesa sobre las dudas de su realización. Para la misma estaba prevista una exposición de arte.

Adriana, también profesora de Historia y ex directora de la Escuela de Enseñanza Media Nº 241 John F. Kennedy, reflexionó sobre lo que hoy es la “Biblio”, como suelen llamarla. “La biblioteca era antes un lugar silencioso y oscuro donde había una relación muy directa con el libro, ahora se ha corrido el foco y se tiene que ofrecer un lugar donde no solo se puede leer y consultar libros, sino también espacios destinados al encuentro cultural y a la formación”.

Y continúa: “En ese sentido creo que nos fuimos adaptando a los tiempos, con la realización de talleres, la presentación de libros o concursos, la creación de un sector infantil con módulos móviles, que constituyen un lugar no convencional para la lectura. Es decir, un lugar de placer buscado a través de la lectura”.

Para cerrar, explica que siempre “nuevas formas han aparecido, porque la lectura no ha desaparecido, la lectura virtual existe y muchos la practican, incluso hay libros que uno puede leer completos por internet, pero los libros en formato papel son preferidos por muchas personas porque es más cálido sentarse en un sillón al sol o a la tardecita o incluso una mañana, y quedarse dormido con el libro en la mano leyendo, es como más placentero. Todas las formas son importantes, no van a desaparecer del todo, me parece, ninguna de ellas, se van a ir transformando como una tableta de arcilla o una roca donde se escribía o el libro con el pergamino, o papel o electrónico, pero siempre el libro”.

“A través de los libros vas conociendo situaciones, expresiones, enriqueciendo el vocabulario, si a vos te hablan con veinte palabras, vas a hablar con veinte palabras, y si lees y descubrís doscientas palabras, vas a usar, ponele, ciento cincuenta. El libro es siempre enriquecedor para los contenidos culturales, para mejorar la expresión, para entretener y para aprender”, termina diciendo.

Desde PujatoDigital nos sumamos a los festejos y enviamos virtualmente los mejores augurios para una institución más que importante en la vida de las y los pujatenses. Que la vida siempre nos encuentre con un libro en la mano, o al menos, cerca ya que, como dice un renombrado autor “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”.